Mi mascota

El bichillo en cuestión se llama Oock. Lo sé porque venía escrito en una tarjetita. Vereis, un buen día (sábado por la mañana) estaba yo tan tranquilo en mi casa, cuando de repente sonó el timbre de la puerta. Cuando abrí no había nadie, excepto un cestito de mimbre y algo que se movía dentro. Cual fue mi sorpresa al retirar la sábana y ver a esa pequeña criaturita de Dios. A su lado estaba la anteriormente mencionada tarjetita: "Se llama Oock. Por favor, cuidelo y dele las comodidades que nosotros no podemos darle".
Oock pertenece a la noble raza de los contempladores, de la cual poco o nada se sabe. Recuerdo el primer día que lo llevé al veterinario... que caos. Todo él es blandito y algo viscoso y se desplaza flotando en el aire. Sus afilados dientes me hicieron pensar que su dieta era básicamente carnívora, pero yo pa no embrutecerlo sólo le doy alpiste compuesto. A pesar de su aspecto es muy cariñoso y juguetón y por las mañanas me hace el café y me trae el periódico.
El primer problema surgió a la hora de sacarlo a pasear. Tenía que llevarlo atado, pero ¿por dónde?. Por el cuerpo (¿?) no, porque se resbalaba la correa. Por uno de sus tentóculos tampoco, porque le haría daño. Solución: coger una bolsa de plastico de las grandes y hacerle un agujero para que pudiera ver por su ojo principal mientra yo sujetaba las dos asas.
A día de hoy todavía no se si es macho o hembra. Si alguien tiene otro especimen en su casa o conoce a alguien que lo tenga que se ponga en contacto conmigo y me diga como averiguarlo.
2 comentarios
Lydia -
Marta -
Yo tuve una mascota de esas hace tiempo, pero se fue de casa, porque no le gustaba como lo olisqueaban mis perros.
Yo aprovechaba la bajada al paseo de los perros, para bajarlo a él, aunque nunca he visto que hiciera nada. Lo bajaba suelto, pero porque nunca se iba muy lejos, además, por las mañanas, le encantaba bajar sentado, medio flotando, encima del lomo de Galatea. (mi perra)
Reconozco que los primeros días, estaba confusa con mi mascota, no sabía distinguir si era macho o hembra, (luego me enteré en la biblioteca, que son hermafroditas, van cambiando de sexo, según les convenga, y el trato que reciben). Tampoco sabía que les podía gustar, o que objetivo perseguían mirandote tan fijamente. Decidí comprarle una pelota, (que triste), se la apropió la perra;
le compré una mantita para que descansara por las noches, pero no la utilizaba, -y también la usó la perra-;
me regalaron un atril para poder leer bien los libros encima de la mesa. Y cuando fui a utilizarlo, ahí estaba ella (o él) delante del atril, ¡y leyendo!
Antes de que se fuera de casa, snif, la había visto contemplar por la ventana a los transeúntes, tal vez, se enamoró de alguna persona, o vió a otro contemplador y se fue con el animalejo.
Yo me he quedado con mi perra, que si juega, si descansa, y no lee:p